El PP elimina el polémico vídeo de IA que vinculaba corrupción del PSOE con el país caribeño.
MADRID, España. – El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha expresado su "profunda vergüenza" y ha pedido disculpas "en nombre de España" a República Dominicana por el vídeo difundido por el Partido Popular (PP), que utilizó inteligencia artificial (IA) para criticar la corrupción del PSOE. El material, que fue eliminado tras las protestas del gobierno dominicano, ha generado un fuerte malestar diplomático entre ambos países.
En una rueda de prensa tras la reunión extraordinaria del Consejo Europeo en Bruselas, Sánchez aseguró no haber visto el vídeo debido a su agenda cargada de temas "trascendentes", pero afirmó haber leído la protesta formal del gobierno dominicano recoge una reseña de Europa Press.
“Lo único que puedo decir es que siento mucha vergüenza y que, en nombre de España, lo siento profundamente", declaró el presidente, subrayando los "lazos culturales e históricos" que unen a ambos países.
El vídeo en cuestión, publicado por el PP en redes sociales, simulaba el formato del programa de televisión *La isla de las tentaciones*, grabado en República Dominicana. Bajo el título *La isla de las corrupciones*, el montaje incluía imágenes generadas por IA en las que aparecían destacados miembros del PSOE como concursantes de un reality show, acompañados de mensajes como "corrupción, lujuria, ambición, mentiras".
Protestas y eliminación del vídeo
El gobierno de República Dominicana no tardó en reaccionar, calificando el vídeo como un "incomprensible ataque" que dañaba la imagen del país. A través de un comunicado en la red social X (antes Twitter), la cancillería dominicana expresó su "más contundente rechazo" y criticó la "instrumentalización de la imagen del país" para asuntos internos de la política española.
"Es inaceptable la desnaturalización de nuestros símbolos patrios y lamentamos este agravio gratuito que no refleja la histórica relación de fraternidad entre ambas naciones", señaló el gobierno dominicano, recordando los avances del país en materia de transparencia y Estado de derecho.
Ante las críticas, el PP eliminó el vídeo y aseguró que "en ningún momento" hubo intención de dañar la imagen de República Dominicana, un país con el que España mantiene "una larga tradición de amistad y cercanía". Sin embargo, el daño ya estaba hecho: el material había alcanzado miles de visualizaciones y generado un intenso debate en redes sociales.
Campaña digital y polémica
La polémica se enmarca en una estrategia del PP para potenciar su presencia digital y llegar a un público más joven. El uso de IA en campañas políticas no es nuevo, pero su aplicación en este caso ha sido criticada por mezclar ficción y realidad de manera engañosa.
En el vídeo, aparecían nombres como Pedro Sánchez, Begoña Gómez, José Luis Ábalos y otros miembros del PSOE, presentados como concursantes de un reality show. La voz en off, similar a la de la presentadora Sandra Barneda, concluía con un irónico "Bienvenidos a la isla de las corrupciones".
Aunque el PP insistió en que el objetivo era denunciar la corrupción del gobierno de Sánchez, la inclusión de elementos vinculados a República Dominicana fue interpretada como un ataque directo al país caribeño.
Repercusiones y reflexiones
Este incidente ha puesto de manifiesto los riesgos del uso de tecnologías como la IA en campañas políticas, especialmente cuando se cruzan líneas sensibles como la diplomacia y la imagen de otros países. Además, ha reabierto el debate sobre los límites de la libertad de expresión y la responsabilidad de los partidos políticos en el manejo de información.
Para República Dominicana, el vídeo no solo fue una afrenta a su imagen, sino también un recordatorio de los desafíos que enfrentan los países en desarrollo para proteger su reputación en un mundo hiperconectado.
Mientras tanto, en España, la polémica ha servido para intensificar la polarización política, con el PSOE criticando la "falta de ética" del PP y este último defendiendo su derecho a denunciar la corrupción.
En definitiva, lo que comenzó como una campaña digital ha terminado convirtiéndose en un incidente diplomático que deja preguntas sobre el futuro de la política en la era de la inteligencia artificial.