Las sustancias químicas que salen de la piel y el uso de cremas y perfumes causan la oxidación de las joyas de oro y plata.
En los últimos dos años se han publicado los siguientes textos: “Ataque químico silencioso”, “Sabías que los pañales de bebé y las toallas sanitarias femeninas pueden liberar sustancias químicas que reaccionan con las sustancias químicas de nuestro cuerpo? y ¿Por qué se irrita la piel? (dos textos).
En esta ocasión se me ha preguntado el por qué las joyas de oro y plata (cadenas, aretes, guillos, anillos…) se suelen poner negras y tienden a perder su brillo y su color con el uso.
La explicación es sencilla desde un punto de vista químico. Siempre que haya un cambio de color en un material se debe sospechar que ha ocurrido un cambio químico.
Y antes de comentar este cambio, también hay que decir que el sucio, un fenómeno puramente físico, también puede justificar que una joya pierda parte de su brillo y se vea manchada.
El sucio se explica porque partículas sólidas de polvo y de colores opacos pueden pegarse a las prendas preciosas y, basta con una buena limpieza para recuperar todo el brillo y esplendor que tenía al momento de ser comprada.
Siempre que haya un cambio de color en un material se debe sospechar que ha ocurrido un cambio químico.
Sin embargo, cuando una persona dice -Yo no puedo usar esa o aquella prenda porque se me pone negra-, esto implica que no se ensucia. En realidad, lo que está sucediendo es que se produce una reacción química de oxidación. En este caso no basta con una simple limpieza para recuperar su brillo original. Y no siempre se puede recuperar la joya oxidada.
La plata se oxida, se pone negra, principalmente porque reacciona con sulfuro de hidrógeno. Un compuesto químico gaseoso que se disuelve en el agua formando un ácido. Este compuesto se encuentra presente en el sudor de las personas y es el principal responsable del olor característico de un “peo”.
Asimismo, la plata tiende a ponerse negra con mayor rapidez gracias a la presencia de otras sustancias que salen de la piel y al uso de cremas y perfumes.
Mientras más pura sea la plata más fácil se pondrá negra. Contrario al oro, que mientras más puro sea más resistente a los ataques químicos será.
Esto significa que la composición química de una joya, la hará más o menos resistente a ponerse negra. Por esa razón, es correcto relacionar pureza y calidad de la joya con su estabilidad química. Aunque el comportamiento es opuesto en el caso del oro y la plata como se ha explicado anteriormente.
El oro suele oxidarse, ponerse negro y perder su brillo, esencialmente por la acción del cloro y el amoníaco. Estos agentes químicos están presentes en productos de limpieza y en las aguas de las piscinas.
En general, las sustancias químicas que salen a través de la piel de nuestro cuerpo y las que se encuentran en cremas y perfumes son las causantes de la oxidación de las joyas de oro y plata.
OPINIÓN ARRIESGADA
Una opinión más arriesgada podría tratar de relacionar la velocidad de oxidación de una joya con el posible sufrimiento de una enfermedad crónica o aguda.
El sólo hecho de ser una persona que produzca mayor cantidad de sudor que otras acelerará el proceso de ennegrecimiento de una joya.
Se sabe que enfermedades crónicas del riñón, del hígado, la diabetes y de la tiroides cambian la composición química del sudor.
Un ejemplo específico para estudio podría tratar de relacionar el ennegrecimiento del oro con enfermos del riñón. Ya que ciertas enfermedades renales suelen aumentar el amoníaco en el sudor.
El sólo hecho de ser una persona que produzca mayor cantidad de sudor que otras acelerará el proceso de ennegrecimiento de una joya.
En síntesis, hay que tener claro que las sustancias químicas utilizadas para fabricar nuestra vestimenta o adornos pueden reaccionar químicamente con las sustancias que están en nuestro cuerpo a nivel de la piel y posteriormente pueden pasar al interior de nuestro cuerpo.
Estas reacciones son inevitables y únicamente las podemos reducir con buenos hábitos de higiene, usar joyas y productos textiles estables químicamente.
La ropa que se decolore con mayor facilidad y las que te causen picazón en la piel deben ser desechadas.
Las joyas deben mantenerse limpias. Guardarlas tapadas de forma organizada en lugares secos y frescos. Recuerde que el calor y la humedad aceleran los procesos de oxidación.
El autor es doctor en ciencias químicas, residente en Santiago de los Caballeros. [email protected]