Necesariamente debo aprovechar para reconocer las cualidades de Yayo.
En un escrito publicado a principios de este año, el destacado abogado y dirigente político Eduardo Sanz Lovaton —mejor conocido como Yayo—, hizo una exhaustiva radiografía de los tiempos difíciles que atravesó el Partido Revolución Moderno (PRM), durante su etapa de gestación hasta convertirse en una organización política del sistema democrático nacional.
Necesariamente debo aprovechar para reconocer las cualidades de Yayo, en el arte de transmitir sus ideas a través de la escritura, ya que pude deleitarme leyendo algunos de los artículos en donde con una exquisita retórica verbal, aborda temas relevantes desde perspectivas diversas que dan un enfoque bastante recreativo a su particular manera de conectar con el público.
Sin más preámbulo, a continuación, compartiré para ustedes algunas de las puntualizaciones emitidas por Yayo, en un artículo publicado en el periódico El Listín Diario, el 25 de enero del 2025, el cual está titulado: “Diez años del PRM”.
En su análisis, estrictamente reflexivo, el autor pone en retrospectiva el momento anterior al nacimiento del Partido Revolucionario Moderno (PRM), para remontarse a la época en donde pertenecía a un grupo de jóvenes abogados que había perdido más de treinta veces, en los tribunales de la República, tratando de hacer valer la libertad y democracia interna en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Según afirma, aquellos eran tiempos difíciles, debido a que venían de perder las elecciones generales de 2012, por lo que pocos creían que un nuevo proyecto político tendría éxito. Además, Yayo, señala que, “Hipólito Mejía y Luis Abinader, tenían marcadas diferencias mientras que, el entonces, Partido de la Liberación Dominicana (PLD), concentraba todos los poderes del Estado”.
El autor menciona como, hasta en hoteles y restaurantes, les negaban los alquileres para las actividades de aquel grupo de dirigentes, por aquello del famoso “lío de las sillas”. En medio del caos, relata que pidieron ayuda legal, a prominentes constitucionalistas y abogados procesales; sin embargo, unos pocos ascendieron a colaborar mientras que muchos otros pedían cifras astronómicas para representar a quienes evitaban ser expulsados del PRD.
“Un grupo de abogados hasta nos pidió que no usáramos sus oficinas para reunirnos cuando estábamos armando el proyecto de Luis. Pero, ironía de la vida, algunos de ellos trabajan en el gobierno del presidente Abinader.
“Hasta recaudar fondos era muy difícil. En fin, la gente se burlaba”. Así dice en otro de sus párrafos, el artículo de Eduardo Sanz Lovaton.
Más adelante, destaca que las reuniones eran kilométricas, convocadas a base de muchos esfuerzos, “haciendo de tripas, corazones, para echar hacia adelante aquello que más tarde se convertiría en el PRM”.
Otro dato relevante , deslindado perfectamente por Yayo, señala que dentro de aquel proceso turbulento —y por razones obvias—, el líder era Hipólito Mejía; indicando que “sin él, no habría PRM”. Mientras que, “Luis Abinader, era el estratega, el incisivo, el decidido”.
El autor también reconoce que, en esa época, difería mucho con Abinader, pues él, iba a una velocidad que a muchos no les parecía prudente. Empero, dice que, “Luis, entendió primero, contrario a muchos de nosotros que, el PRD, ya no era posible. Tomó al vuelo, discursos preñados de ideologías como aquellos de Hugo Tolentino, Milagros Ortiz, Toñito Almonte, Doña Ivelisse y muchos otros, para asumir la lucha, mientras que Orlando Jorge, Alfredo Pacheco y otros, queríamos ser más conservadores”.
Más adelante, Yayo, describe como en principio se autodenominaron: Corriente Mayoritaria. Luego, cambiaron a: Partido Revolucionario Moderno (PRM); pero que hasta el nombre le negaron en aquel entonces.
En otro de los párrafos subraya que no tenían fondos públicos, pues, habían asumido la personería jurídica de lo que era en esa época, la Alianza Social Demócrata (ASD): partido fundado por José Rafael Abinader, el cual no calificaba para obtener un gran financiamiento por parte de la Junta Central Electoral (JCE).
“Cuantas historias se pueden contar de cosas que hicimos para alquilar locales; para imprimir letreros; para caminar el país; para superar la incredulidad de una sociedad, cuyos ojos veían al partido Estado de entonces (el PLD), como invencible”.
Sin embargo, a pesar de los pesares, ¡se logró! y así nació el Partido Revolucionario Moderno”: Exclamó Yayo, en un tono enérgico que quedó plasmado en las líneas de su reflexión introspectiva.
Mas tarde, poco tiempo después, la combinación de juventud, experiencia, talento y determinación, asumiendo con coraje la decisión de cambiar y hacer de la innovación, su norte, llevaron al PRM, a subir las escalinatas del Palacio Nacional.
Esa es la historia!
Fitzgerald Tejada Martínez