El presidente Luis Abinader desde que asumió el poder en 2020 planteó un achicamiento de la administración pública.
Es evidente una arritmia gubernamental en los esfuerzos de racionalización de los recursos humanos y económicos y los anunciados y necesarios ajustes institucionales.
El presidente Luis Abinader desde que asumió el poder en 2020 planteó un achicamiento de la administración pública, sin las motosierras de Miley y Musk, pero que se esperaba radical a partir de los pronunciamientos de campaña sobre “botellas”, “nominillas” y duplicidades de organismos.
Muchos aplaudimos la desaparición de OISOE, plagada de escándalos de corrupción, con sangre incluida; la fusión de Bienes Nacionales y el Consejo Estatal del Azúcar, inconcluso; eliminación de CDEEE, CORDE, FONPER. En noviembre último, CONAPOFA, y las comisiones Presidencial para la Modernización y Seguridad Portuaria e Internacional Asesora de Ciencia y Tecnología.
La asimilación del ministerio de Economía y Planificación por parte del ministerio de Haciendo aún tiene opositores y rechazos técnicos, agravado por las bajas sufridas por el gobierno de calificados y eficientes funcionarios como Pavel Isa y Jefrey Lizardo. Cuentan que progresa la fusión, pero falta información que convenza de la conveniencia estratégica de la decisión.
La unificación de los ministerios de Educación y Educación Superior, que todavía es objeto de polémica, ocasionalmente da la impresión de que se tambalea y que Franklin García Fermín, cabeza de la institución asimilada, se impondría hasta el fin del cuatrienio.
El tricocéfalo de los programas sociales del gobierno se mantiene, pese a los anuncios y los decretos “no oficiales”, de unificaciónde la Administradora de Subsidios Sociales (ADESS), el Programa de Subsidios Supérate y el Gabinete Social, una suerte de superestructura, sin real influencia sobre aquellos dos. Se ha planteado la creación por ley de un ministerio de asuntos sociales y de familia, que ha despertado el interés de varios perremeistas.
La filtración de un decreto, que Presidencia dijo era “un borrador” recrudeció la lucha por encabezar el nuevo ente y se vinculó a la lucha de los aspirantes presidenciales. Si estos intereses pautan la acción gubernamental en los tres años restantes “que San Ramón nos saque con bien”…
Lo que no se entiende es que Abinader fortalezca un “ministerio” inexistente como el “Administrativo de la Presidencia”, pero que, además, como ya ha publicado tres decretos de designación, nulos por carecer de soporte constitucional, prometió llevarlo a un “secretariado”. (Mi lombriz).
Por un tema de ego y preminencia política, después de la reforma constitucional del 2010, los presidentes han dado título de “ministro” a los encargados administrativos de la Presidencia (Bonetti, Peralta, Paliza, Bautista).
Ventura Camejo, cuando fue ministro de Administración Público quiso proteger a Peralta y “hacerlo” ministro mediante una reforma de un artículo de la Ley Orgánica de la Administración Pública (los ministerios se crean por ley). No fue complacido por la aplastante mayoría del PLD, que se limitó a agregar un párrafo al Art. 18: “El apoyo administrativo al o a la Presidente de la República, estará a cargo del Viceministerio Administrativo del Ministerio de la Presidencia”. (Peralta continuó como subalterno de Montalvo, aunque no le gustara. Y ocurre con sus sucesores, respecto del ministro de la Presidencia).
El septiembre último, Abinader anunció una segunda ola de reestructuración para optimizar recursos y explicó que “se suprimirá el Ministerio Administrativo de la Presidencia y se convertirá en Secretariado Administrativo bajo la Presidencia, para lograr una sola coordinación de todas las áreas transversales y de soporte, mejorando los recursos humanos, las finanzas y las comunicaciones”.
Sin embargo, el 2 de febrero fue designado Santiago Vilorio Lizardo “viceministro administrativo en “Asuntos interinstitucionales y Relaciones con los Poderes del Estado”. Además, los “viceministros” se mantienen activos en la entrega de ayudas oficiales. (Cristhian Jiménez)