El regreso se realizó a bordo de la cápsula Freedom de SpaceX, lanzada en septiembre como parte de la misión Crew-9.
La cápsula Crew Dragon Freedom de SpaceX amerizó el 18 de marzo frente a la costa de Florida, marcando el final de una misión extendida para los astronautas de la NASA Sunita Williams y Butch Wilmore.
Originalmente planeada para una semana, su estancia en la Estación Espacial Internacional (EEI) se extendió a nueve meses debido a problemas técnicos con la nave Starliner de Boeing, reseña Europa Press.
Problemas técnicos retrasan el regreso de los astronautas
Williams y Wilmore partieron hacia la EEI el 5 de junio de 2024 en la primera misión tripulada de la Starliner. Sin embargo, problemas con los propulsores durante la aproximación a la estación obligaron a la NASA a retrasar su regreso.
Finalmente, la agencia decidió traer la Starliner de vuelta a la Tierra sin tripulación el 7 de septiembre, integrando a Williams y Wilmore en la Expedición 72 de larga duración.
El regreso se realizó a bordo de la cápsula Freedom de SpaceX, que había sido lanzada en septiembre como parte de la misión Crew-9.
Junto a los astronautas de la NASA Nick Hague y el cosmonauta Aleksandr Gorbunov, Williams y Wilmore partieron de la EEI a las 05:05 UTC y amerizaron en el Océano Atlántico a las 21:57 UTC.
Contribuciones clave durante la estancia prolongada en el espacio
Durante su estancia de nueve meses, Williams y Wilmore participaron activamente en experimentos científicos, mantenimiento de la estación y caminatas espaciales.
Williams, de 59 años, realizó una caminata espacial a mediados de enero junto a Nick Hague para reparaciones críticas.
A finales de mes, ambos astronautas salieron juntos para instalar filtros de luz en el telescopio de rayos X NICER y reemplazar un reflector en un adaptador de acoplamiento internacional.
Esta misión no solo demostró la resiliencia y adaptabilidad de los astronautas, sino también la importancia de la colaboración internacional en la exploración espacial.
El regreso seguro de Williams y Wilmore marca un hito significativo para la NASA y sus socios, reforzando la confianza en las capacidades de las naves espaciales comerciales como SpaceX y Boeing.