En el caso dominicano, esto se nota a leguas al analizar el por qué la izquierda nunca ha sido opción de poder.
La izquierda woke se perdió en el culto al poder, es decir de ser un proyecto político de ideas con profundo programa de redención social, de cambio social, paso a buscar el poder por el poder, a rendir culto al poder por las migajas cuantiosas que éste oferta, a quienes son sus detentadores. En el caso dominicano, esto se nota a leguas al analizar el por qué la izquierda nunca ha sido opción de poder. Resulta que su culto al poder las hizo definirse como minorías, las cuales, en tanto tales, pueden conformarse con la cuota que le oferta la derecha.
Sin darse cuenta de que esto le ha conducido a quedar fuera del poder o a quedar a merced de los partidos llamados mayoritarios. Dicho de otra manera, nunca se plantearon llegar por vía directa al poder sino a obtener cuotas de poder. El mejor escenario para entender cómo se ha operado históricamente este proceso lo tenemos en la UASD. Esta academia es el laboratorio político de la República Dominicana, aquí todo el aire está contaminado por la denominada política vernácula, por las políticas de alianzas con miras a tener lo que se denomina una cuota de poder. Es el paraíso del pequeñoburgués.
Desde este laboratorio, el tema se proyecta así por todo el país, lo que no se dice es, que, detrás de este lenguaje seudo revolucionario, se ocultan posiciones individualistas y personalistas capaces de llenar de orgullo a Ay Aron. Es decir, la contrarrevolución no existe como asunto externo en manos de los enemigos, sino que el enemigo está dentro y habita en la parcela política propia. Este fenómeno no es nuevo ya Carlos Marx lo dejó analizado a profundidad en el Manifiesto Comunista.
Dentro de nosotros, Juan Bosch tomó como matriz central de sus estudios políticos, el comportamiento de lo que denominó, la pequeña burguesía y sus múltiples capas.Bosch, a partir de estos estudios, llegó a la conclusión de que aquí no había marxistas ni podía haberlos dado el escaso desarrollo capitalista prevaleciente. Es decir, Bosch más que marxista, era un confeso seguidor de las ideas de Pleajanov de acuerdo con las cuales la revolución era un imposible, una utopía, aun en el supuesto de que ascendiese al poder. En razón de que su base de sustentación social, la clase obrera, no existe en tanto y cuanto sector mayoritario de la población, aquí lo que existe es una clase pequeñoburguesa trepadora que busca canonjías personales. Esto tampoco es nuevo porque ya en el antiguo Egipto se observó que la tesis de Pleajanov es correcta, igual que en la Roma clásica el movimiento de Espartacus cayó por dedicarse sus partidarios a imitar el comportamiento social de los dominantes, esto es: a rendir culto al poder.
Cuando se materializó la Comuna de Paris, más recientemente, Carlos Marx pudo examinar (en vivo), dichos acontecimientos y sacó como conclusión que, el problema no era la ausencia de una clase social de vanguardia, sino la ausencia de un instrumento político que educara sobre el comportamiento que habría de tener una clase emergente que asumiera el poder político desde la perspectiva revolucionaria. Esto dio lugar al nacimiento de los denominados partidos de masas o marxistas, conocidos luego como leninista y estalinistas. En cualquier caso, otros autores mostraron que dichos partidos, aun llamándose obreros, eran gobernados por una oligarquía o cúpula de hierro que presenta los mismos vicios que la clase dominante tradicional. El propio Marx, dijo en su momento que, el partido político era una espina para las clases oprimidas. Precisamente porque persiguen fines diferentes a los de las clases y sectores que dicen dirigir y representar.
- Quizás los estudios más interesantes sobre este tópico los presenta Hanna Arendt, autora que describe el ambiente en que una clase dominada se transforma en poseedora del poder y cómo paulatinamente, este va quedando en manos de la oligarquía de su partido, hasta quedar, en la práctica, fuera del poder. De ahí la denominada nomenclatura del socialismo real.
Además de Arendt, se debe analizar, sobre este particular, los planteamientos de Michael Foucault. Este último, se centra en el estudio de ¿por qué se obedece al poder y porque se busca el poder? Por su época, ya su compatriota Maurice Duverger había descrito el poder como un intangible que estaba en todas partes, es decir, que la relación de poder existe en todo grupo humano y hasta en las demás especies humanas. Cuando los obreros se convierten en clase media aborrecen al obrero.
Sin embargo, se debe recordar que, otros pensadores, no se han detenido solo en el mero análisis del poder, su búsqueda y porqué es necesario poseerlo, sino que, su interés radica en encontrar una modalidad de relación con el poder en la que nadie quede dominado. Es la inquietud, por ejemplo, de Rousseau, de Enmanuel Kant, del propio Marx, etc. Ahora más que nunca, encontramos la teoría de la justicia de John Rawls como un intento de conseguir un contrato social para la época presente. De ahí, se ha dado forma a la idea del mínimo de dignidad que ha de garantizar el Estado constitucional. Pero, los personalismos, el individualismo in extremo a que se hace alusión aquí constituye un obstáculo casi insalvable porque, toda idea, toda teoría es traficada por los oportunistas, por los lumpenes.
Esto ha conducido a Giovanni Sartori a establecer que, al momento de analizar el partido político, sus facciones, sus grupos y sus personalidades, se observa que el grupo de los idealistas, es siempre minoritario, mientras que, aquel de los oportunistas, es siempre mayoritario. Este criterio es interesante porque no parte de una perspectiva de clases sino de la naturaleza humana. De nuevo llegamos a Maquiavelo para quien el hombre es malo por naturaleza, egoísta y solo persigue el bien propio y no el de sus semejantes. Sartori, pasa a ser el politólogo de moda o, mejor dicho, el pensador del pesimismo sobre la naturaliza humana. Por tanto, las utopías como las ideas políticas no son más que eso. Se debe volver a Maurice Duverger que centra y define la política como una simple lucha por el control de los recursos siempre escasos en las sociedades humanas.
En su momento, lo fue el control del fuego, luego el control de los metales, el control de los derivados del petróleo y ahora de las tierras raras y del litio. De ahí que, se haya dicho, que saber y poder van a la par. En el sentido de que desde que el hombre en tanto y cuando individuo, descubre un recurso valioso para la sociedad y lo controla, aparece la idea de poder. Claro, la línea de pensamiento opuesta, señala que este argumento es falso porque el valor real no existe, este es simplemente, un imperativo que le da su valor de uso en la época en que aparece, cuando el fuego era esencial, critico para la humanidad, el oro, el petróleo y el litio carecían de valor. Por tanto, es el valor del uso social del recurso lo que le otorga un valor de cambio, de uso. Por tanto, todo poder es un hurto social.
El acertijo sería entonces cómo convencer de ello a los agiotistas, a los especuladores, a los oportunistas, de que la riqueza, para ser tal, tiene que tener como premisa un valor de uso y de intercambio social, por tanto, los personalismos, los egoísmos solo sirven para producir opuestos, esto es: guerras como opinaba Enmanuel Kant. Pero esto no resuelve el problema del culto al poder- Quizás por ello, Michael Foucault sea el gran pensador de nuestra época. Quizás,todavía, no se ha encontrado respuesta a su pregunta; así como tampoco Bosch pudo resolver el carácter trepador de la pequeña burguesía dominicana. Entonces solo nos queda la dialéctica, los ciclos que conducen a la destrucción de la sociedad como del cambio climático. DLH-23-3-2025