El telescopio espacial descubre la naturaleza de Herbig-Haro 49/50 y una galaxia lejana.
MADRID, 24 de marzo (EUROPA PRESS) – El Telescopio Espacial James Webb ha proporcionado una visión sin precedentes del fenómeno cósmico conocido como Herbig-Haro 49/50, revelando detalles intrincados de su estructura y desentrañando el misterio de su apariencia de "tornado". Además, la observación fortuita ha permitido capturar una galaxia espiral distante, creando una yuxtaposición cósmica fascinante.
Herbig-Haro 49/50, situado a unos 630 años luz de la Tierra en la constelación del Camaleón, es un chorro protoestelar, un fenómeno producido por estrellas jóvenes en formación que expulsan chorros de material a velocidades elevadas. Estos chorros, al interactuar con el gas y el polvo circundante, generan ondas de choque que calientan el material y lo hacen brillar en longitudes de onda infrarrojas, detectadas por el Webb.
Las nuevas imágenes del Webb, obtenidas con sus instrumentos NIRCam (Cámara de Infrarrojo Cercano) y MIRI (Instrumento de Infrarrojo Medio), han permitido a los astrónomos observar con una resolución sin precedentes la estructura de Herbig-Haro 49/50. Lo que anteriormente se conocía como un "tornado cósmico" debido a su forma helicoidal, ahora se revela con detalles nunca antes vistos.
Uno de los descubrimientos más sorprendentes ha sido la identificación del objeto difuso en la punta del "tornado". Gracias a la capacidad del Webb, los científicos han determinado que se trata de una galaxia espiral distante, vista de frente, con un prominente bulbo central y brazos espirales donde se forman nuevas estrellas. Esta alineación fortuita ha permitido estudiar tanto el chorro protoestelar como la galaxia en una sola imagen.
El estudio de Herbig-Haro 49/50 también ha proporcionado información valiosa sobre la formación de estrellas. Las observaciones del Webb han permitido rastrear la ubicación de moléculas de hidrógeno brillantes, monóxido de carbono y granos de polvo energizados, revelando cómo el chorro protoestelar interactúa con su entorno.
Además, las imágenes del Webb han permitido identificar la posible fuente del chorro: la protoestrella Cederblad 110 IRS4, situada a unos 1,5 años luz de distancia. Esta protoestrella, en su etapa de mayor crecimiento, está rodeada por un disco de material que alimenta el chorro.
Las observaciones del Webb también han revelado características intrigantes del chorro, como arcos y afloramientos, que sugieren la complejidad de su dinámica. Los científicos plantean la hipótesis de que estos rasgos podrían ser el resultado de la precesión del chorro o de su fragmentación.
Este descubrimiento no solo desvela los misterios de Herbig-Haro 49/50, sino que también proporciona información valiosa sobre la formación de estrellas y la evolución de las galaxias. El Telescopio James Webb continúa sorprendiendo a los astrónomos con sus observaciones, abriendo nuevas ventanas al universo.