Desde 1954 pastoreó la iglesia de la avenida Dexter (Montgomery, Alabama), y defendía la causa de los derechos civiles con métodos pacíficos,
El 4 de abril de 1968, aproximadamente a las 6:06 de la tarde, el reverendo Martin Luther King, el más descollante líder del movimiento de los derechos civiles de los Estados Unidos, fue impactado mortalmente en su mejilla derecha con una bala disparada a la distancia por un tirador que más adelante las autoridades identificarían como el expresidiario y supremacista James Earl Ray.
King había nacido el 15 de enero de 1929 en Atlanta, Georgia, hijo de un pastor bautista con su mismo nombre y de Alberta Williams (hija de predicador). Con 15 años fue admitido en el Morehouse College, y ordenado ministro religioso a los 17. Bachiller en Artes a los 19 con especialidad en Sociología, a los 21 se recibió en Ciencias Religiosas en el Crozer Theological Seminary, donde accedería a las ideas de Mahatma Gandhi. Con 26 años obtendría el doctorado en Teología por la Universidad de Boston.
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Desde 1954 pastoreó la iglesia de la avenida Dexter (Montgomery, Alabama), y defendía la causa de los derechos civiles con métodos pacíficos (creía que era algo de conciencia, no de acción directa), por lo que en 1955 lideró el boicot al trasporte público de la ciudad cuando la joven costurera negra Rosa Parks fue arrestada por desoír la orden del chofer del bus en que viajaba de cederle el asiento a un blanco. Entonces su casa resultó vandalizada por supremacistas, y él arrestado. La protesta duró 382 días, y en 1956 la Corte Suprema declararía inconstitucional el segregacionismo en los buses públicos.
En 1957 King sería de los creadores de la Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano, integrada por comunidades bautistas negras defensoras de los derechos civiles, y luego devendría líder del Congreso por la Igualdad Racial (grupo con perfiles políticos) y figura preponderante de la Asociación para el Progreso de la Gente de Color. En 1960 se formaría el Comité Coordinador Estudiantil no Violento con jóvenes que organizaban “sentadas”, y King asistirá a varias de estas, siendo arrestado en una (en un restaurante) junto con 75 muchachos. Estos fueron liberados, pero él fue enjuiciado y condenado a 4 meses de trabajos públicos, ocasión en la que el candidato demócrata a la presidencia, John F. Kennedy, abogaría en su favor, y el tribunal revocaría la sentencia.
En 1963 el movimiento desarrolló una campaña en Birmingham, Alabama contra la segregación en los comercios del centro urbano, y King estuvo activando con formas no violentas de lucha: ocupaciones de edificios, protestas en iglesias, etcétera. También organizó una marcha a las oficinas públicas exigiendo el registro de los votantes negros, pero las autoridades consiguieron una orden judicial para impedirla que fue desafiada por los promotores, quienes (incluyendo a King) fueron arrestados. En el mes de mayo, sería de los auspiciadores de la Cruzada de los Niños (protesta estudiantil de secundaria en Birmingham) y de varias protestas antisegregacionistas, las primeras brutalmente reprimidas, pero la última (5 de mayo) consumada porque los policías, en una inédita decisión de conciencia, se negaron a acatar las órdenes represivas de sus jefes.
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El 11 junio de 1963 se produjo el célebre incidente en el que el gobernador George Wallace intentó bloquear la integración racial en la Universidad de Alabama ordenada por la Corte Suprema. Como se recordará, el presidente Kennedy alentó la presencia de la Guardia Civil para garantizar el ingreso de dos estudiantes negros, y esa misma tarde pronunciaría por radio y televisión su famoso discurso sobre los derechos civiles, enviando al Congreso el día 19 el proyecto de ley que los garantizaría.
Desde 1962 varios líderes antisegregacionistas ideaban una marcha sobre Washington, y aunque el gobierno intentó impedir su materialización (pedía esperar la legislación propuesta), ésta se concretó el 28 de agosto de 1963 con la participación de casi todas las entidades que luchaban por los derechos civiles y una parte de los sindicatos. Su éxito fue rotundo: aproximadamente 250,000 personas (unas 20,000 blancas) se reunieron frente al monumento a Lincoln, donde King pronunciaría un inspirado discurso que se hizo famoso con el nombre de “Yo tengo un sueño”.
En ese discurso, King diría: “Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: ´Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales´… Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad… Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia…Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad”.
El 14 de octubre de 1964, King sería galardonado con el Premio Nobel de la Paz por su “resistencia no violenta contra los prejuicios raciales en los Estados Unidos de América”. Con ello alcanzaría notoriedad mundial, siendo la persona más joven en recibir ese lauro. En esta época empezó expresar dudas sobre al papel de los Estados Unidos en Vietnam, y más adelante se pronunciaría de manera abierta contra la guerra.
El 18 de febrero de 1965 en Alabama se produciría otro hecho estremecedor: un policía baleó a Jimmie Lee Jackson, joven negro que trataba de proteger a su madre y a su abuelo en el café en el que se habían refugiado tras una irrupción policial en una manifestación. Jackson moriría 8 días después, y esto generaría enfado y agitación en todo el estado. Los antisegregacionistas llamaron a una marcha de protesta de 87 kilómetros (desde Selma hasta Montgomery) para el 7 de marzo exigiendo al gobernador Wallace protección de los derechos civiles y el voto negro, pero éste la prohibió diciendo que era “una inaceptable amenaza al orden público”. Sin la presencia de King, la marcha se hizo, pero fue interceptada violentamente por policías al llegar al puente Pettus (salida de Selma), con un saldo de 17 personas hospitalizadas.
King y sus compañeros llamaron a una segunda marcha para el 9 de marzo, y aunque solicitaron una orden de protección del juez federal Frank Minis Johnson, éste emitió una de “no innovar” suspendiéndola hasta nueva audiencia, pero debido a que cerca de 2,500 personas ya se habían reunido cuando llegó la decisión (y para no agraviar al juez, un magistrado sureño “decente”), decidieron cumplirla parcialmente, y los protestantes llegaron sólo hasta el puente Pettus. Este mismo día, James J. Reeb, un religioso blanco de Boston afín a King, fue apaleado por segregacionistas y moriría. Una semana después, el juez aprobaría la marcha y ordenaría al estado no impedirla. Esta tercera marcha salió de Selma el 21 de marzo y llegó a Montgomery el día 24. Fue un éxito total, y 5 meses después el presidente Johnson firmaría la Ley de Derecho a Voto de 1965, que eliminó los “test de alfabetismo” y organizó el registro federal de votantes.
Entre 1965 y 1968 King desarrolló una ingente labor de promoción de las libertades civiles, y su liderazgo creció a pesar de que sus prédicas no violentas lo alejaron de algunos de sus compañeros de antaño. No sólo era objeto de gran admiración, sino que sus ideas eran cada vez más aceptadas. Éstas habían quedado expuestas en principio en su famosa “Carta desde la prisión de Birmingham ” del 16 de abril de 1963 (escrita tras ser arrestado), que respondía a la titulada “Una llamada a la unidad” de 8 sacerdotes blancos de Alabama (en la que admitían la existencia de injusticias sociales, pero decían que la lucha contra la segregación debía ser en los tribunales y no en las calles). King dijo en su respuesta que la desobediencia civil “no sólo se justifica frente a una ley injusta” sino que “cada uno tiene la responsabilidad moral de desobedecer las leyes injustas”, y que “La injusticia en cualquier parte es una amenaza a la justicia de todos”.
Cuando los grupos radicales del “Black Power” alcanzan notoriedad y apoyo entre los negros por la colusión de agentes estatales y supremacistas, King reiteró sus puntos de vista pacifistas. “Los motines no arreglan nada”, y “la no violencia no es sólo justa sino indispensable”, porque “por muy justa que sea la causa de origen, la violencia significa el error y el ciclo de venganza de la Ley del Talión… En lugar de debilitar el mal, lo multiplica. Utilizando la violencia, vosotros podéis matar al mentiroso, pero no podréis matar la mentira, ni restablecer la verdad… podéis asesinar al rencoroso, pero no podréis matar el odio. De hecho, la violencia hace simplemente crecer el odio… (y) devuelve el odio por el odio multiplicado al odio, añadiendo una oscuridad todavía más profunda que una noche sin estrellas. La oscuridad no puede acabar con la oscuridad: sola la luz puede hacer esto. El odio no puede acabar con el odio: solo el amor puede hacer esto”.
Está documentado que por lo menos desde 1961 King era vigilado por el FBI (“el negro más peligroso para el futuro de los Estados Unidos”, según Hoover), y cuando fue asesinado ya era objeto de investigación con el alegato de que entre sus amigos y colaboradores “había miembros o simpatizantes del comunismo”, haciendo circular aviesos y apócrifos rumores sobre su conducta personal (que en 2017 aparecerían en papeles “desclasificados” por Trump) para tratar de desacreditarlo.
(*) El autor es abogado y politólogo. Reside en Santo Domingo.
Luis Decamps (*)