Lamentan que en República Dominicana nunca se creó una Comisión de la Verdad
Santo Domingo. – La memoria histórica enfrenta una nueva amenaza: intentos por borrar los crímenes de los regímenes autoritarios en República Dominicana ha dicho la directora del Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, Luisa de Peña Díaz
Denunció que la institución ha recibido presiones y amenazas por parte de familiares de antiguos violadores de derechos humanos, quienes exigen eliminar los registros que los vinculan a hechos atroces del pasado.
“Nos han llegado cartas, llamadas y visitas—algunas respetuosas, otras intimidantes—de descendientes de responsables de crímenes de Estado, exigiendo que eliminemos la verdad histórica. Pero la verdad no se suprime”, expresó De Peña Díaz, quien también es fundadora del museo.

Sin comisión de la verdad persiste la impunidad histórica en el país
La directora recordó que muchos de estos hechos están documentados con precisión, particularmente los cometidos durante los doce años de Joaquín Balaguer, un periodo de represión, desapariciones y censura.
“Yo viví esos tiempos. Nadie me puede venir a decir que eso no ocurrió”, dijo. Para ella, el problema no solo es la falta de memoria, sino el riesgo de manipular la historia con nuevas narrativas que buscan blanquear los crímenes.
De Peña lamentó que, a diferencia de otros países, en República Dominicana nunca se creó una Comisión de la Verdad. “Estas comisiones no tienen fin judicial; su objetivo es reconstruir la verdad, establecer quién hizo qué, cómo y por qué”, explicó.
Afirmó que aún se está a tiempo de implementarla, pues no se trata solo de justicia, sino de dejar constancia de los hechos para las generaciones futuras.
La democracia se debilita ante la expansión del autoritarismo global
Además, alertó sobre el resurgimiento del autoritarismo a nivel mundial, que cuestiona abiertamente los valores de la democracia tanto desde la izquierda como desde la derecha.
“Hay un caldo de cultivo propicio para justificar regímenes donde se restringen las libertades básicas. Pero el problema no es la democracia, sino la ausencia real de ella”, enfatizó.
También manifestó preocupación por el impacto de la inteligencia artificial en la desinformación. “Hoy los jóvenes acceden a gran cantidad de datos, pero no toda la información es veraz.
Con IA puedes hacer que alguien diga algo que nunca dijo”, advirtió. Por eso, el Consejo Internacional de Museos ha creado un grupo especial para revisar el Código de Ética, ante el uso creciente de la IA en contextos educativos y culturales.
Finalmente, De Peña fue enfática: “Ni el heroísmo se hereda, ni la culpa. Pero lo que sí se transmite es el silencio cómplice, cuando una sociedad permite que la historia se distorsione por miedo, vergüenza o comodidad”.