El ex vicepresidente de la República respalda liderazgo firme del líder de la FP
El ex vicepresidente de la República, Rafael Alburquerque, hizo una férrea defensa del expresidente Leonel Fernández, a quien considera el líder ideal para enfrentar la incertidumbre que, a su juicio, vivirá la República Dominicana en los próximos años.
Alburquerque no solo elogió la trayectoria política y académica del líder de la Fuerza del Pueblo (FP), sino que también alertó sobre los riesgos de modificar conquistas laborales históricas como la cesantía.
Según explicó, el país enfrentará tiempos difíciles, y solo un dirigente con la experiencia, formación y temple de Fernández podrá sortear los desafíos venideros. “Fue un presidente de lujo y volverá a ser un candidato de lujo”, sentenció.
Durante declaraciones recientes, Alburquerque afirmó que Leonel Fernández será un “candidato de lujo” para las elecciones de 2028, destacando su capacidad para guiar al país en medio de turbulencias económicas y políticas. “Se necesita un capitán con experiencia, alguien que sepa conducir la nave a puerto seguro”, expresó el dirigente político.
En cuanto a la estructura interna de la Fuerza del Pueblo, adelantó que el próximo 14 de julio se anunciará la nueva dirección nacional, la cual elegirá a sus miembros de la Dirección Política.
Aclaró que no existen divergencias internas relevantes, ni siquiera entre los aspirantes a la Secretaría General. “Las campañas se desarrollan con altura y sin choques”, aseguró.
Reforma laboral solo es válida con consenso equilibrado y real
Al referirse al Código de Trabajo, Alburquerque fue enfático: la cesantía no debe tocarse. Afirmó que cualquier intento de reforma que no cuente con consenso entre empresarios y trabajadores no tiene legitimidad. “Si no hubo acuerdo, no se debe modificar la cesantía”, dijo de manera contundente.
El ex vicepresidente recordó que el Código vigente fue fruto de un diálogo tripartito en 1992, y que el nuevo proyecto sometido por el presidente Abinader al Senado debe mantener ese espíritu de concertación.
Además, alertó sobre los riesgos de permitir jornadas laborales de 12 horas, calificándolo como una regresión laboral inadmisible en pleno siglo XXI.
“En Europa se trabaja menos de 40 horas a la semana; aquí se pretende extender la jornada ordinaria de ocho a doce horas diarias. Eso es una amenaza a la salud física y mental del trabajador”, advirtió.
Finalmente, instó a que el diálogo entre trabajadores y empresarios se mantenga activo y permanente, para que cualquier reforma responda a las necesidades reales del país y no a presiones unilaterales.