Ya se habla de dos guerras que desestabilizarán al mundo: la comercial y la nuclear.
Los nuevos aranceles anunciados el miércoles 2 de abril por el presidente estadounidense Donald Trump fueron recibidos en un principio con reacciones mesuradas por parte de socios comerciales clave.
El hecho ha sido el detonante que ha obligado a los países afectados a responder en iguales términos. Es el comienzo de lo que los economistas describen como una guerra comercial.
En efecto, los tributos impositivos detonarán una caída del crecimiento económico a nivel global, recorte que afectará en la misma medida a aquel país. Debido al impacto, el banco J.P. Morgan Chase elevó las posibilidades de una recesión mundial del 40% al 60%.
El 31 de marzo de 2025, Trump también amenazó con bombardeos a Irán si la república islámica persiste en el desarrollo de armas nucleares. El lenguaje marca un endurecimiento de sus comentarios días atrás cuando afirmó que si Teherán se negaba a negociar un nuevo acuerdo nuclear iban a "pasar cosas malas, malas".
Ya se habla de dos guerras que desestabilizarán al mundo: la comercial y la nuclear. Es la reedición de una pelea entre David y Goliat, solo que esta vez David no tendrá la misma suerte de ganar y Goliat impondrá su garra de poder.
Se trata de un episodio que viene de épocas anteriores cuando los pueblos más fuertes doblegaban a los débiles con acciones abusivas, basándose en el poderío económico y militar. Esa realidad está explicada en el libro “Conflicto de los Siglos”, de Elena G. de White.
Se recuerda que el estadista, que sacó a Estados Unidos en 2018 de un acuerdo internacional sobre el programa de desarrollo nuclear de Irán, ha insistido desde su vuelta a la Casa Blanca en dialogar con Teherán para controlar sus actividades en esta materia.
Naturalmente, su discurso fue respondido con energía por ayatolá Alí Jamenei, el actual Líder Supremo de Irán, una de las figuras más influyentes en la política y la vida religiosa del país. Dijo que devolvería un golpe contundente si Estados Unidos los atacara.
Un enfrentamiento de ese segundo género desataría graves consecuencias para el planeta que habitamos: una gran guerra nuclear en la que se lanzan simultáneamente numerosas ojivas desde más de un país. Varias naciones tienen arsenales nucleares, entre estos Estados Unidos, Rusia, el Reino Unido, Francia, China, Israel, India, Pakistán y Corea del Norte.
Las ramificaciones de esa eventualidad desencadenarían directamente en lo que se conoce como “un invierno nuclear”, que mataría a la humanidad y la mayoría de las demás especies de la Tierra.
Los científicos tienen una buena teoría de los cambios climáticos y ambientales temporales que se producirían tras la detonación de múltiples explosivos nucleares en todo el mundo. Se estima que ese panorama duraría desde unas pocas semanas hasta una o dos décadas, sin sol, con oscuridad total y mucho frío.
Las predicciones de ese fenómeno apocalíptico incluyen lo siguiente:
-Una hambruna generalizada debido a la muerte de plantas foto-sintéticas por el frío y la falta de luz solar. Fallecimiento de animales por toxinas y radiación.
-Niveles elevados de radiación ionizante y contaminación del aire con sustancias químicas tóxicas como cianuro de hidrógeno, dioxinas, dióxido de azufre y monóxido de carbono.
-Ciudades destruidas y colapso total de la infraestructura de la sociedad, es decir, los edificios, autopistas y otras.
-Los trenes, autobuses y otros medios de transporte público, como los aviones, ya no existirían.
-No habrá hospitales, atención ni tratamientos médicos ni farmacias.
-Aumentarán los fallecimientos por infecciones, enfermedades y cáncer debido a la radiación, los productos químicos tóxicos, la mala nutrición, el saneamiento deficiente y la falta de antibióticos.
-Colapsarán los sistemas de saneamiento, alcantarillado y falta de agua potable.
-Mutaciones genéticas de la descendencia y aumento de la esterilidad por exposición a la radiación y a sustancias químicas.
-Anarquía, saqueos y aumento de la violencia.
-Ley marcial o régimen draconiano si sobreviven algunos gobiernos y sistemas militares.
Se estima que mil millones de personas morirían por una explosión nuclear y otros cuatro mil millones quedarían desplazados.
- Estas predicciones se fundamentan utilizando modelos con datos de erupciones volcánicas y estudiando eventos naturales de extinción del pasado, como la desaparición de los dinosaurios hace 66 millones de años causada por un asteroides gigantesco en Chicxulub, en la costa de México, que oscureció los cielos y enfrió el planeta y el 80% de la vida en la Tierra.
He visto documentales sobre ese tema, que mueven a preocupación. Estamos desprevenidos de esa realidad apocalíptica, solo concentrados en otras cosas.
Debemos estar alerta porque en cualquier momento los líderes de las naciones con arsenal nuclear podrían quedar atrapados en un conflicto bélico y ordenar disparar las demoledoras ojivas.
Ya inició la primera guerra. Oremos para que no se active la segunda porque desapareceremos como especie.