Aportes de la Iglesia Católica a la sociedad dominicana.
Arquidiócesis de Santo Domingo. – Cada 17 de marzo inicia la novena de Nuestra Señora de la Encarnación —también conocida como Nuestra Señora de la Anunciación—, patrona de la Catedral Primada de América, ubicada en la Zona Colonial de la ciudad de Santo Domingo. Esta iglesia es reconocida como la Cabeza del Continente Americano.
Para los arquidiocesanos y nativos de Santo Domingo, esta afirmación es motivo de orgullo y conlleva una gran responsabilidad. La Catedral aporta de forma significativa a la sociedad dominicana, siendo un referente de fe, un lugar seguro y un centro comprometido con la misión eclesial que se renueva cada 25 de marzo en su festividad.
Esta solemnidad de Cuaresma comparte el rango más alto de celebración junto con la de San José, el 19 de marzo. La Catedral Primada de América lleva oficialmente el nombre de Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Nuestra Señora Santa María de la Encarnación o Anunciación.
El permiso para su construcción en tiempos de la conquista fue otorgado por el Papa Julio II en el año 1504. Como la iglesia más antigua del continente americano, su edificación enfrentó una fuerte oposición por parte de los colonos de la época.
El obispo ausente García Padilla aprobó los planos, y los trabajos iniciales fueron dirigidos por el arquitecto Alonso de Rodríguez. Sin embargo, fue el obispo Alessandro Geraldini —renacentista, educador de los hijos del rey y asesor en Humanidades y Teología de la corona española— quien tuvo la visión de modificar los diseños iniciales. Encomendó a Luis de Moya y Rodrigo de Liendo la continuación de los trabajos.
La construcción tomó un largo tiempo, desde 1512 hasta 1550, debido a las condiciones precarias y la dificultad para obtener los materiales necesarios. El modelo de referencia para completar la estructura fue la Catedral de Sevilla.
El obispo Fuenmayor, responsable eclesiástico durante las fases finales, enfrentó una oposición especialmente dura. A pesar de las protestas, la obra fue concluida. El campanario fue uno de los elementos más difíciles de construir, pero finalmente el obispo logró consagrar la Catedral como Casa de Dios, protegiéndola de la profanación, según el valor que se daba entonces a los lugares sagrados.
De estilo gótico, la Catedral Primada de América alberga retablos considerados verdaderas joyas por su ebanistería, así como mobiliario, bancos y lápidas funerarias. Durante un tiempo, albergó los restos de Cristóbal Colón. Esta Catedral sirvió de modelo para otras construidas posteriormente en la región.
La sede episcopal, levantada a mediados del siglo XVI, refleja el mensaje de evangelización del rezo del Ángelus: el anuncio a María, quien concibió por obra y gracia del Espíritu Santo, y del Verbo que se hizo carne y habitó entre nosotros para la salvación del mundo. Ese es el mensaje de la Anunciación del Arcángel Gabriel a la Virgen María: una fe que implica vivir la voluntad de Dios, abrazar la cruz de Jesucristo pobre, sufriente y solidario con los que atraviesan dolores e injusticias hasta la muerte.
En 1546, el Papa Pablo III elevó este templo a la categoría de Catedral Metropolitana. Sin embargo, en 1586, el ataque del pirata Francis Drake —quien mandó ahorcar a dos sacerdotes dominicos que lo enfrentaron en la plaza adjunta— resultó en el saqueo del templo, que fue ocupado como residencia por los piratas hasta que pudieron llevarse todos los bienes que encontraron en la isla.
No fue sino hasta el siglo XVII que se celebró un acto de desagravio por la profanación del templo. En el siglo XVIII se inició la construcción de unas catorce capillas en su interior, varias de ellas dedicadas a distintas advocaciones y que albergan las criptas de varios arzobispos. Del siglo XIX se conserva un órgano, junto a otros tesoros del arte sacro resguardados en su interior.
En 1930, el Papa Benedicto XV la elevó a la categoría de Basílica Menor. Todo esto convierte a la Catedral en un patrimonio de la humanidad, instrumento de evangelización y centro promotor de la cultura occidental. La Catedral Primada de América no solo conecta con nuestras raíces nacionales, sino que nos recuerda la misión que como sociedad dominicana debemos asumir: construir una convivencia pacífica, una justicia equitativa y una solidaridad activa con los más necesitados, quienes frecuentemente se congregan alrededor de los templos en busca de alivio ante la miseria y la falta de oportunidades laborales dignas y honradas.