El icónico merenguero falleció tras el colapso del techo en plena presentación
Santo Domingo.- La Academia Dominicana de Periodistas de Arte y Espectáculo (Adopae) ha expresado su profundo pesar ante la inesperada y trágica muerte del afamado cantante Rubby Pérez, ocurrida durante una presentación en la discoteca Jet Set de Santo Domingo, cuando el techo del local colapsó provocando una tragedia de magnitudes catastróficas. Las autoridades han reportado más de 130 fallecidos y 150 heridos.
El suceso, que ha dejado un saldo preliminar de cientos de víctimas entre fallecidos y heridos, conmocionó a toda la nación, especialmente al mundo artístico dominicano. La noche, que prometía ser una velada cargada de alegría y merengue, terminó en caos y dolor cuando la estructura del icónico establecimiento cedió en pleno espectáculo, causando la muerte del artista y sembrando luto en miles de hogares.
Rubby Pérez, considerado una de las voces más emblemáticas del merengue, dedicó más de cuarenta años a enriquecer el patrimonio musical de la República Dominicana. Con éxitos inolvidables y una presencia escénica arrolladora, se convirtió en embajador del ritmo caribeño por excelencia, llevando su arte más allá de nuestras fronteras y ganándose el cariño de varias generaciones.
“Rubby, un ícono de la cultura dominicana, se destacó por su calidad interpretativa y su entrega al escenario. Su legado musical es parte esencial del patrimonio artístico de la República Dominicana”, expresó Adopae en un comunicado oficial, difundido pocas horas después del lamentable hecho.
La institución no solo se unió al duelo que embarga a la familia, amigos y seguidores del artista, sino que también manifestó su solidaridad con todas las familias afectadas por este trágico evento. Asimismo, hizo un llamado urgente a las autoridades competentes para que se realice una investigación exhaustiva que determine las causas reales del colapso estructural y se establezcan responsabilidades.
La muerte de Rubby Pérez no solo representa una pérdida irreparable para el arte y la música, sino también para toda una nación que encontró en su voz motivos de orgullo y alegría. Su partida deja un vacío inmenso en el corazón cultural del país, pero su legado perdurará como símbolo de identidad, talento y resiliencia dominicana.