Falla eléctrica deja a 1,4 millones sin servicio en plena ola de calor
Puerto Rico volvió a quedar a oscuras este miércoles tras un nuevo apagón generalizado que dejó sin servicio eléctrico a más de 1,4 millones de usuarios, lo que representa aproximadamente el 76% de los clientes de LUMA Energy. Esta interrupción masiva, la segunda en apenas cuatro meses, ha encendido nuevamente las alarmas sobre la fragilidad del sistema energético en el territorio estadounidense.
La falla ocurrió alrededor de las 12:40 p.m., cuando se registró un colapso en el sistema de protección de la red eléctrica. Según explicó LUMA, empresa encargada de la transmisión y distribución de energía en la isla, el apagón fue provocado por la presencia de vegetación en una línea de transmisión ubicada en el norte de Puerto Rico. Esta situación, sumada a deficiencias en los sistemas de protección, generó un efecto dominó que dejó a buena parte del país sin suministro eléctrico.
En un comunicado oficial, LUMA informó que los trabajos de restauración comenzaron de inmediato y que su personal continúa trabajando sin descanso para reactivar el sistema eléctrico. Se estima que entre un 90% y un 95% de los afectados podría recuperar el servicio en un plazo de 48 a 72 horas.
“Nuestro equipo sigue en comunicación constante con las compañías generadoras para identificar a fondo las causas del incidente y garantizar un restablecimiento seguro del servicio”, señaló la empresa a través de su cuenta en X (antes Twitter).
Este nuevo colapso ha provocado fuertes reacciones dentro y fuera de la isla. El congresista Ritchie Torres, representante demócrata por Nueva York, criticó duramente la situación a través de sus redes sociales, afirmando que más de 400,000 puertorriqueños se encontraban sin electricidad.
“Es inaceptable que en la nación más rica del mundo, nuestros conciudadanos sigan viviendo con un sistema energético tan inestable. Puerto Rico merece un servicio confiable y accesible”, expresó.
El apagón también ha reavivado la memoria de eventos anteriores, como el paso del huracán María en 2017, que destruyó gran parte de la infraestructura eléctrica de la isla. A pesar de inversiones y cambios en la administración del sistema energético, los problemas persisten, generando incertidumbre en la población.
La gobernadora Jenniffer González, quien se encontraba de viaje al momento del incidente, aseguró que las autoridades están trabajando de manera coordinada para atender la emergencia. Mientras tanto, miles de residentes enfrentan las altas temperaturas sin acceso a aire acondicionado, refrigeración ni agua potable en algunos casos, aumentando la frustración y el malestar social.
Este nuevo apagón no solo evidencia las fallas técnicas, sino también la necesidad urgente de una reforma estructural y sostenible en el sistema eléctrico de Puerto Rico. Con cada interrupción, se hace más evidente que la estabilidad energética es una deuda pendiente con los ciudadanos de la isla.