Una nación cercada por el miedo y el colapso institucional: ya son cuatro los medios quemados en Haití.
La situación en Haití atraviesa uno de sus momentos más sombríos. Tras una jornada marcada por el llamado “Miércoles Negro”, la tensión se intensifica en Puerto Príncipe con nuevas amenazas de violencia y un saldo devastador para la libertad de prensa.
Mientras la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS) refuerza su presencia con tropas de Jamaica, la población se moviliza en protesta por la creciente inseguridad y el avance de las pandillas, que ya controlan más del 85 % de la capital.
En sectores como Canapé-Vert, Lalue, Bois-Verna, Bourdon, Delmas y Pétion-Ville, los manifestantes bloquearon las calles con neumáticos encendidos, barricadas y detonaciones. Estas protestas, además de exigir mejoras en seguridad, claman por la renuncia del Consejo Presidencial de Transición, el primer ministro Alix Didier y las autoridades policiales.
Pandillas atacan medios y periodistas ante el silencio institucional
La violencia contra la prensa se ha recrudecido a niveles alarmantes. El canal Storm TV fue reducido a cenizas por pandilleros armados, en un ataque que destruyó no solo el edificio, sino también varios vehículos en sus alrededores. Con este, ya son cuatro los medios quemados en Haití.
La Radio Televisión Caribe, la más antigua del país, también fue atacada. Fundada en 1949, la emisora representaba un símbolo nacional. Su destrucción fue calificada como una “pérdida de humanidad e historia” por la Asociación Nacional de Medios de Comunicación.
Asimismo, Radio Mélodie FM sufrió vandalismo y saqueo, mientras los periodistas de la región de Mirabalais enfrentan su propio drama: dos reporteros están desaparecidos tras un ataque armado, y al menos una docena ha tenido que huir por temor a represalias.
Defensores de derechos humanos exigen acciones urgentes y contundentes
En medio del caos creciente, organizaciones de derechos humanos instan a las autoridades haitianas a garantizar la seguridad de los comunicadores y a encontrar a los desaparecidos. La presión internacional también crece ante la posibilidad de que el silencio sustituya a la verdad en un país donde ser periodista es un riesgo de vida.
La Red Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos de Haití advirtió que las pandillas no solo están socavando la democracia, sino destruyendo la infraestructura informativa. Las agresiones contra medios como Tele Pluriel —vandalizado, saqueado e incendiado— demuestran que la prensa es un blanco directo de esta ofensiva criminal.
Nuevas tropas llegan pero persisten dudas sobre su efectividad real
Aunque se reporta el arribo de un nuevo grupo de militares jamaicanos, la efectividad de la misión MMAS sigue en entredicho. A pesar del despliegue de más de mil efectivos de países como Kenia, Guatemala, El Salvador y Belice, los ciudadanos critican la inacción táctica de los uniformados, quienes —según denuncias— se limitan a patrullar en vehículos blindados sin enfrentar directamente a las bandas.
Algunos miembros de la fuerza multinacional ya han resultado heridos o muertos en ataques, y el descontento crece tanto en las calles como en el seno de las comunidades que esperan soluciones tangibles, no solo presencia simbólica. Con datos de Prensa Latina