Le reclama ahora sus datos sobre donaciones y personal vinculados al extranjero
La histórica Universidad de Harvard enfrenta una creciente presión por parte del Gobierno de Estados Unidos, que ha intensificado sus exigencias en torno a la transparencia sobre fondos extranjeros y vínculos académicos con gobiernos foráneos.
En lo que se perfila como un choque frontal entre el poder ejecutivo y la autonomía universitaria, el Departamento de Educación ha requerido a la institución una serie de reportes detallados con carácter urgente.
La secretaria de Educación, Linda McMahon, fue tajante al declarar que Harvard ha fallado en ser “totalmente transparente e íntegra” en sus declaraciones sobre donativos y relaciones internacionales, calificando esta omisión como “inaceptable e ilegal”.
Gobierno amenaza con suspender certificación para programas de estudiantes internacionales
El gobierno estadounidense ha solicitado una lista completa de donaciones, subvenciones y contratos que Harvard haya recibido de fuentes extranjeras desde 2016, así como información sobre estudiantes expulsados o con credenciales canceladas, y académicos afiliados a gobiernos extranjeros. Esta exigencia incluye también un informe sobre titulares de visado involucrados en presuntas actividades ilegales o violentas.
Además, el miércoles pasado se cancelaron dos subvenciones federales valoradas en más de 2,7 millones de dólares, al considerar que Harvard “socava los valores nacionales”.
Frente a estas medidas, el presidente de Harvard, Alan Garber, denunció lo que considera una grave injerencia: “Ningún gobierno debe dictar qué enseñar, a quién admitir o contratar, ni qué líneas de investigación deben seguirse”.
Garber reafirmó que la institución defenderá su independencia y no permitirá que se vulneren sus derechos constitucionales como universidad privada.