Gerente de discoteca revela falta de inspecciones estructurales previas al fatal derrumbe.
Santo Domingo.- En sus primeras declaraciones públicas tras la devastadora tragedia que enlutó la ciudad, Antonio Espaillat, gerente de la discoteca Jet Set, ofreció un relato sobrecogedor de los momentos posteriores al fatídico desplome. En una entrevista exclusiva con la periodista Edith Febles en el programa "El Día", Espaillat compartió su incredulidad y profundo pesar ante la pérdida de 232 vidas y las heridas sufridas por más de 180 personas durante el concierto del reconocido merenguero Rubby Pérez.
Desde la distancia, en Las Vegas, Estados Unidos, la noticia lo impactó como un rayo. Una llamada telefónica de su hermana, atrapada entre los escombros, lo arrancó de la cotidianidad y lo sumió en una pesadilla inimaginable.
El retorno a Santo Domingo estuvo marcado por la angustia y la incertidumbre, encontrándose con un panorama desolador y una comunidad consternada.
En el centro de la conversación, Espaillat abordó un punto crucial: la naturaleza de las inspecciones que se realizaban en el establecimiento. Con franqueza, admitió que, a lo largo de los años de funcionamiento de Jet Set, las revisiones por parte del Ayuntamiento y el Cuerpo de Bomberos se habían enfocado principalmente en aspectos como las salidas de emergencia y la higiene del local. Sin embargo, reveló una omisión significativa: nunca se llevaron a cabo inspecciones exhaustivas de la estructura del edificio.
"Pienso que si no la hubo es porque no había la costumbre de hacerla con los demás negocios tampoco", reflexionó Espaillat, dejando entrever una posible falta de protocolos generalizados para este tipo de evaluaciones. "Lo que siempre fueron fue temas de bombero, temas de ayuntamiento, que si basura, pero nunca nada temas estructurales, ni de edificio", puntualizó, subrayando la ausencia de una mirada técnica profunda hacia la solidez de la construcción.
El gerente también ofreció detalles sobre el mantenimiento del techo, describiendo cómo los plafones de yeso eran reemplazados con regularidad debido a problemas persistentes de humedad y filtraciones provenientes de los sistemas de aire acondicionado. Además, reconoció que la estructura soportaba el peso de las unidades de climatización y tanques de agua, factores que indudablemente añadían carga.
- A pesar de estos antecedentes, Espaillat insistió en que nunca existieron indicios previos que pudieran haber alertado sobre la inminente catástrofe. "Siempre entendimos que era un tema de los aires acondicionados," explicó.
Con la voz cargada de pesar, Espaillat afirmó categóricamente: "Si me hubieran dicho que había que chequear algo, yo lo hubiera hecho". Esta declaración denota una posible falta de conciencia sobre la criticidad de la evaluación estructural o una ausencia de requerimientos claros por parte de las autoridades competentes.
Tras su llegada al país, Espaillat se dirigió a sus oficinas, donde familiares y allegados le recomendaron, por su propia seguridad ante la comprensible indignación popular, no acercarse al lugar del siniestro. Esta precaución refleja la magnitud de la tragedia y el profundo impacto emocional que ha generado en la sociedad dominicana.
Antonio Espaillat concluyó la entrevista reiterando su desconocimiento sobre las causas exactas del derrumbe y manifestando su ferviente deseo de que la investigación en curso por parte de las autoridades arroje luz sobre lo sucedido.
Su testimonio abre interrogantes cruciales sobre los protocolos de inspección y mantenimiento de edificaciones destinadas al entretenimiento público, y sin duda, alimentará el debate sobre la necesidad de medidas más rigurosas para prevenir futuras tragedias de esta magnitud. Su expresión "jamás hubiera permitido" resuena como un eco de la impotencia ante un evento que ha marcado un antes y un después en la memoria colectiva.