La prensa haitiana sufre nuevos embates en medio del caos nacional
El periodismo haitiano vuelve a vestirse de luto con el asesinato del reportero Germain Lucien, de Radio Megastar, mientras cubría hechos violentos en Pacot, un distrito de Puerto Príncipe. Según medios locales, fue confundido con un miembro de seguridad comunitaria y asesinado por bandas armadas, en medio del colapso del orden público.
El crimen de Lucien reaviva el debate sobre la vulnerabilidad de los profesionales de la comunicación en un país donde las pandillas actúan con total impunidad. La organización SOS Periodistas de Haití denunció que los secuestros y ataques contra trabajadores de prensa son actos atroces e inhumanos, y exigió protección urgente.
Desde hace meses, los comunicadores operan sin garantías mínimas, sin custodia ni apoyo del Estado. Las bandas los han convertido en objetivos, lo que pone en riesgo el derecho a la información. La situación es tan crítica que varios medios han sido vandalizados, saqueados e incendiados.
Entre los ataques más recientes se encuentra la destrucción de Tele Pluriel y el incendio provocado contra Radio Televisión Caribe, la emisora más antigua de Haití, fundada en 1949. Estos actos de terror representan una guerra declarada contra la libertad de prensa y refuerzan el mensaje de que las pandillas no tienen límites.
La Asociación Nacional de Medios de Comunicación calificó estos hechos de infames, y advirtió que no solo se pierden bienes materiales, sino la memoria histórica y cultural del pueblo haitiano. También fueron destruidas las instalaciones de Radio Mélodie FM, dejando al gremio sumido en la desesperanza.
Universidades cerradas, estudiantes atrapados en una espiral de desesperanza creciente
La violencia también ha dejado un saldo desolador en el ámbito educativo. En Haití, asistir a la universidad se ha convertido en una misión suicida. Las instituciones de educación superior han sido forzadas a cerrar sus puertas debido al asedio de las pandillas, dejando a miles de jóvenes sin clases, sin exámenes y sin futuro.
Los centros universitarios han sido atacados, saqueados y quemados, lo que ha provocado una parálisis total del sistema educativo. Profesores y autoridades aseguran que, en estas condiciones, es imposible formar a los profesionales que el país necesita. Mientras tanto, muchos estudiantes describen su vida como una cárcel al aire libre.
Organismos como la Oficina de Protección Ciudadana y la Conferencia de Rectores y Presidentes Universitarios han pedido al gobierno que adopte medidas urgentes para evitar el colapso definitivo del sistema. Denuncian que la educación superior está al borde de la extinción, y con ella las esperanzas de una generación completa.
Algunos jóvenes ya han comenzado a gestionar visados o becas para escapar de la pesadilla haitiana. La falta de oportunidades, el miedo cotidiano y la ausencia de respuestas oficiales han generado una fuga masiva de talento y una triste renuncia al país que los vio nacer.
Esta información incluye datos del sitio digital Noticias Kominoteky del diario Le Nouvelliste y Prensa Latina.