Hipertensión crónica puede desencadenar daños neuronales irreversibles en el cerebro
Un reciente estudio internacional confirma que controlar la hipertensión no solo protege el corazón, sino que también podría reducir significativamente el riesgo de desarrollar demencia.
Los resultados, publicados en Nature Medicine y reproducido por la agencia SINC, proceden de un ensayo clínico en el que participaron casi 34 000 pacientes de áreas rurales de China.
Investigadores del Southwestern Medical Center en Dallas, Estados Unidos, liderados por el doctor Jiang He, concluyeron que un enfoque más intensivo en el manejo de la presión arterial puede disminuir la carga global de demencia, enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo.
Intervención comunitaria demuestra beneficios claros en la reducción del deterioro cognitivo
En el estudio, 17 407 pacientes hipertensos recibieron medicación antihipertensiva, asesoría para medir su presión en casa y recomendaciones de estilo de vida saludable, como bajar de peso, disminuir la sal en la dieta y moderar el consumo de alcohol.
Mientras tanto, el grupo de control solo fue evaluado periódicamente en centros médicos sin intervención activa. Tras cuatro años, el grupo intervenido redujo su presión por debajo de 130/80 mm Hg y mostró un 15 % menos de riesgo de demencia y un 16 % menos de deterioro cognitivo en comparación con el grupo de control.
“Estos resultados refuerzan que la hipertensión no tratada es uno de los principales factores de riesgo de demencia a nivel global”, comentó Julia Dudley, de Alzheimer’s Research UK.
Hipertensión crónica puede desencadenar daños neuronales irreversibles en el cerebro
Aunque no existe una relación directa única entre hipertensión y demencia, expertos como Ricardo Martínez Murillo, del Instituto Cajal-CSIC, señalan que una presión arterial alta sostenida reduce el riego sanguíneo cerebral, comprometiendo la supervivencia de las neuronas y deteriorando las conexiones neuronales.
A partir de los 40 años, controlar la presión arterial es crucial, ya que también se incrementa el riesgo de ictus e infartos lacunares, lesiones cerebrales silenciosas que deterioran progresivamente la función cognitiva.
Se estima que los casos de demencia crecerán de 57,4 millones en 2019 a más de 152 millones en 2050, con especial impacto en países de bajos y medianos ingresos.
Aunque algunos estudios previos sugerían beneficios de hábitos saludables para prevenir la demencia, este ensayo ofrece evidencia concreta de que medicar la hipertensión puede ser una estrategia eficaz para frenar el avance de esta devastadora enfermedad.