La ministra de Interior reafirma su compromiso con la ley y el respeto institucional
Santo Domingo.- Desde sus días como legisladora, Farde Raful ha sido blanco de ataques por defender con firmeza temas políticos y sociales que incomodan a sectores conservadores. Su respaldo decidido a las tres causales desató una campaña de desprestigio que, lejos de menguar, se intensificó tras su nombramiento como ministra de Interior y Policía. Esta embestida, agravada por su condición de mujer en un entorno político hostil, ha evolucionado en una persecución mediática pocas veces vista.
Con la misma convicción que la caracteriza, Raful dejó claro su enfoque: «Mi derecho no puede transgredir el derecho de otra persona. Todos debemos respetarnos en nuestras diferencias y dentro del marco legal». Esta premisa guía su trabajo en el ministerio, donde reafirma que el cumplimiento de la ley es su principal prioridad.
«Si me van a criticar por hacer el trabajo de manera digna y honesta, en fiel cumplimiento de la ley, bienvenida sea la crítica», declaró, mostrando su disposición a recibir opiniones siempre que estas surjan del respeto y la objetividad.
- Faride Raful ha sido enfática: no se dejará doblegar por intentos de manipulación, chantaje o tergiversaciones. «El que quiera manipular, chantajear o tergiversar, que ruede, porque vamos a seguir trabajando», afirmó con determinación.
La ministra subrayó que su gestión se centra en aplicar y hacer cumplir las leyes utilizando las herramientas que permiten las normativas vigentes. Su compromiso, reiteró, es con el orden y el respeto institucional en la República Dominicana mientras permanezca al frente del Ministerio de Interior y Policía.
Más allá de su situación personal, Raful hizo una reflexión crítica sobre la necesidad de fortalecer el respeto a la legalidad en el país. Lamentó que históricamente haya existido un déficit en la cultura del cumplimiento de las leyes, un problema que, según ella, impide alcanzar una convivencia verdaderamente armoniosa y segura.
En un escenario donde las presiones políticas y sociales suelen desdibujar la integridad de la gestión pública, Faride Raful apuesta por la transparencia, la legalidad y la defensa firme de los principios democráticos. Su postura, sin concesiones, la coloca como una de las voces más claras en un momento en que la institucionalidad dominicana enfrenta múltiples desafíos.
Con cada declaración, la ministra deja claro que su ejercicio público no responde a intereses particulares ni a presiones externas. Al contrario, su actuar se fundamenta en un compromiso inquebrantable con la ley y los valores que considera esenciales para el avance democrático y el fortalecimiento del Estado de derecho en el país.