Crisis prolongadas durante la última década obligan a miles a migrar sin retorno posible
En los últimos diez años, más de 52.000 personas migrantes han perdido la vida en su intento por escapar de conflictos armados, desastres naturales e inseguridad extrema, según un informe reciente de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La gran mayoría proviene de naciones profundamente afectadas como de Afganistán, Birmania, Etiopía, Siria, Guatemala, Venezuela, Haití, Honduras, Sudán y Bangladesh., destaca Europa Press.
Las cifras revelan una tragedia sostenida: el 72 % de las muertes de migrantes en el mundo se concentran en contextos de crisis. De ellas, unas 39.000 ocurrieron en zonas de conflicto directo, mientras que más de 13.500 fallecieron intentando escapar de esos entornos.
“Cuando la gente siente que no tiene opciones viables para sobrevivir, se ve obligada a tomar rutas peligrosas”, advirtió Amy Pope, directora general de la OIM.
Uno de los trayectos más letales sigue siendo el Mediterráneo central, con casi 25.000 muertes desde 2014. En Afganistán, más de 5.000 personas han muerto tras el retorno de los talibanes. En el caso de la minoría rohingya de Birmania, se registran más de 3.100 decesos, muchos por naufragios intentando alcanzar las costas de Bangladesh.
Zonas más letales se concentran en regiones afectadas por crisis
El informe sostiene que más de la mitad de las muertes de migrantes han tenido lugar en países atravesados por guerras, desplazamientos forzosos y desastres naturales, o en sus alrededores.
A pesar de esa realidad, los migrantes “a menudo quedan fuera de los planes humanitarios”, denunció Julia Black, coordinadora del Proyecto de Migrantes Desaparecidos de la OIM.
La organización también advierte que las estadísticas actuales podrían ser conservadoras: “En muchos contextos, especialmente tras catástrofes, los registros son incompletos”, aseguró Black. Esto significa que el número real de fallecidos podría ser mucho mayor.
La migración forzada debe dejar de ser la única alternativa
La OIM hace un llamado urgente a la comunidad internacional: invertir en estabilidad y desarrollo local, garantizar rutas migratorias seguras y legales, e incluir a los migrantes en los sistemas de protección humanitaria.
“Debemos trabajar juntos para que migrar sea una opción, no una obligación desesperada”, concluyó Pope.