Por Elvin Dominici.-Es una locura hacer siempre las mismas cosas y otra vez esperar resultados diferentes. Es simple, hay que asumir diferentes métodos para tener resultados distintos, por esta razón, no podemos votar por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y Luis Abinader.
Las esperanzas puestas en los líderes políticos tradicionales le ha costado muy caro al país, desde los inicios esperanzadores de Leonel Fernández, como luego de Hipólito Mejía, Danilo Medina y hoy es el mismo panorama que vemos en el economista y hombre de negocios Luis Abinader.
Hay datos verídicos que confirman que este no es el cambio, no se merece ni la confianza, ni el voto de los dominicanos que son dolientes del país. Primero, debemos de exponer que Abinader es más un seguidor de Leonel Fernández que de uno de los líderes más queridos y amados por el pueblo dominicano, el Dr. José Francisco Peña Gómez. En el año 1994, cuando el expresidente Dr. Joaquín Balaguer fue forzado a realizar elecciones presidenciales por fraude electoral, el partido La Alianza Social Dominicana (ASD) “ Este es el partido político fundado por la familia Abinader”, fue en coalición con el (PLD) y Leonel Fernández en contra del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y Peña Gómez.
Este partido (ASD) es la base donde nace el (PRM), después que las diferencias entre Miguel Vargas Maldonado e Hipolito Mejía eran irremediables. Es importante denotar, que los partidos políticos nacen usualmente de la divisiones entre sus dirigentes cuando los intereses personales están por encima del bien colectivo del país. Algunos ejemplos son: Juan Bosch y Juan Isidro Jimenes-Grullón en 1961. La división del Dr. José Francisco Peña Gómez y el Lic. Jacobo Majluta por la candidatura presidencial para las elecciones del 1986 que le dio nacimiento al Partido Revolucionario Independiente (PRI). Este sistema de egocentrismo sigue creando divisiones por intereses y lo vimos recientemente en el partido de gobierno Partido de la Liberación Dominicana (PLD) entre Fernández y Medina le da nacimiento al partido La Fuerza del Pueblo (LFP).
-
Esto da a destacar que Luis Abinader nunca fue perredeista y que sus ambiciones personales estaban por encima de los ideales patrióticos del fallecido Dr. José Francisco Peña Gómez. Este comprueba de nuevo su deslealtad a los principios Peñagomistas, hoy cuando decide aliarse de nuevo con Leonel Fernández en un pacto político donde se han dividido el gobierno dominicano por la mitad.
Luis no puede ejercer un cambio en el gobierno en el tema de la corrupción, cuando sus aliados son los políticos que han desfalcado el estado. Este de ser presidente no puede promover un gobierno honesto, ni castigar o perseguir a los corruptos por sus compromisos y acuerdos políticos. Otro tema sensitivo a la democracia y que crea más desconfianza en Luis Abinader es que no tuvo una oposición firme en contra de la reelección del presidente Danilo Medina, ya que está dispuesto a hacerle una reforma a la Constitución Dominicana en el 2024 para habilitar a Medina como candidato presidencial.
No podemos creer en Luis Abinader cuando su política de conservar el medio ambiente y zonas protegidas comprobamos que este es más un hombre de negocios y no un doliente de esta patria. En base a sus relaciones con el gobierno dominicano en el año 2015, su compañía la empresa Cementos Santo Domingo, inició una licitación para obtener cerca del 93% del terreno del Parque Nacional Francisco Alberto Caamaño Deñó y a la reserva forestal de Hatillo, para extraer piedra caliza. Esta compañía utiliza la mano de obra haitiana ilegal y su mayor comprador de cemento en el caribe es el vecino país de Haití. Esta es la razón por la cual la propuesta de gobierno de Abinader en la crisis migratoria con el vecino país siempre ha sido muy débil u omisa, ya que los haitianos representan una gran fuente de generación de ganancias en sus empresas.
En el tema del narcotráfico podemos observar que su partido postula a candidatos envueltos en casos de distribución y venta de drogas. Por ejemplo, el aspirante a senador por la provincia Hato Mayor, Boanerges Sánchez Nolasco, quien era buscado por “ser uno de los principales implicados” en la red de narcotráfico que encabeza César Emilio Peralta (César el Abusador). Este es también hermano de quien actualmente ocupa una curul en el órgano legislativo, el diputado también por el (PRM) Ronald Sánchez Nolasco. El (PRM) con miembros de su partido tan cerca del mundo del lavado de activos y drogas es fácil especular que han tenido financiamiento en varias campañas por el narcotráfico.
Abinader quien es actualmente Presidente Ejecutivo del Grupo ABICOR, que ha desarrollado y operado en el país importantes proyectos turísticos. Ha sido presidente de la Asociación de Hoteles de Sosua y Cabarete y es miembro del Consejo de Directores de la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes (ASONAHORES). No es sorpresa que en vez de plantear soluciones pragmáticas a varios problemas sociales que afectan el país, como son: la invasión pacífica haitiana, el narcotráfico, la inseguridad ciudadana y la corrupción; Abinader propone crear 100 mil empleos con la implementación de la inversión turística en el país. Nosotros no estamos en desacuerdo en que se invierta en el turismo, pero este eje económico a pesar de que beneficie a los dominicanos, primero lo beneficia a él, ya que siempre el señor Abinader es más un hombre de negocios que un doliente del país.
Los dominicanos no podemos votar por el cambio que ofrece Luis Abinader, ya que este cambio no es un cambio real que ayudará al pueblo a restaurar su democracia y castigar a los políticos corruptos que han maltratado tanto a nuestra nación. Para votar por un Abinader que nació y se desarrolló en el ambiente corrupto político del país, vendiendo su voluntad por favores en el gobierno y su ambición de ser presidente cueste lo que cueste, nosotros entendemos que es mejor confiar y darle un voto a un Trujillo que nació y se desarrolló en una de las mejores democracias del mundo la de los Estados Unidos, ya que Ramfis D. Trujillo no le debe un favor político a nadie y está dispuesto a enfrentar la corrupción, el narcotráfico, la invasión haitiana y la inseguridad ciudadana con mano dura y un corazón grande.